Nombre: Yomiel
Sexo: Masculino
Poder Especial:
La modificación propiamente dicha consiste en un avance o retroceso en el tiempo de la cosa pudiendo sacar de un pedazo de concreto algo tan duro como el diamante por el hecho de moldear y acelerar sus composición miles de años para luego formar un "arma" a su antojo. El límite que tiene la capacidad para cambiar las cosas y la cantidad que puede modificar, depende exclusivamente del tamaño y alcance de su flama, siendo necesario para un cambio mayor un extenso uso de Reiatsu.
Evolución del Poder Especial: -
Objeto: Un pequeño reloj de bolsillo dorado, sin ningún decorado mayor a la vista mas que unos simples ornamentos en los bordes. Dentro además de tener marcadores para la hora, tiene la peculiaridad de poder marcar tanto los días como los meses. Sumado a esto y para tenerlo siempre cerca, una fina cadena dorada lo une a las ropas de Yomiel de modo tal que no lo pierda nunca.
Aspecto: Yomiel es un sujeto de contextura simple, con una altura superior a la media y de esbelta figura. No tiene mayor musculatura más que la necesaria para defenderse. Lo que más llama la atención es su peculiar cabellera, la cual siempre esta peinada hacia arriba y reunida a forma de cono hasta un pequeño doblez en la punta. Posee una tez clara y un rostro liso y con flexibilidad para posar diferentes tipos de expresiones. Sus ojos los cubre siempre un par de anteojos negros que no dejan ver a los demás sus pupilas. Su vestimenta cuenta de un traje de negocios compuestos de un conjunto color rojo para el saco y los pantalones, combinando con una camisa negra, corbata blanca bien anudada y zapatos de vestir blancos acompañando un cinto también blanco.
Carácter: Yomiel tiene una personalidad simple y llana. No duda nunca en decir lo que piensa e ir siempre con la cruda y simple verdad de las cosas. Tiene sin embargo un cierto sentido del deber para con las personas que conozca, sintiendo la necesidad de ayudarlas (de la manera que sea en cada situación). Su peculiaridad es la ignorancia que presenta ante una cantidad impresionante de situaciones, no por el hecho de ignorarlas ya que es más inteligente que la mayoría de la gente, sino que mientras no esté en una situación seria su mente divaga y puede olvidar las cosas más sencillas que se puedan presentar de la vida cotidiana. Esta característica de ignorancia logra hacerlo particularmente gracioso por sus extrañas reacciones y poder llevarse tranquilamente con diferentes tipos de personas.
Para los enfrentamientos que se le presenten mantiene una actitud seria y dedica todo su intelecto a terminarla sin mayores conflictos ni casualidades excesivas. Su sentido de justicia está en lo que él ve como correcto y solo es capaz de seguir a otros si ve que sus actos son justos a sus ojos, de lo contrario estará en contra o dará un paso al costado para no involucrarse.
Historia:
Yomiel mantuvo una vida tranquila durante la mayor parte de su vida. Viniendo de una familia perfectamente normal, el muchacho adolescente se preocupaba por lo que cualquiera de su edad tendría que. Su padre era un relojero y siempre interesó a su hijo en la forma en que las cosas cambiaban con el pasar del tiempo. Sus relojes siempre marcaban la hora exacta y cada uno tenía una historia tras él. Sin embargo el que más llamaba la atención del muchacho era uno de color dorado, en un estante lejano al público, ese tenía la peculiaridad de poder marcar los días y los meses. Su padre atesoraba ese reloj en particular y por eso siempre lo mantenía alejado de la gente para que no lo comprasen, el joven rubio tuvo mucho interés en saber el por qué su padre le tenía tanto aprecio a ese reloj. Desafortunadamente nunca tuvo la chance de saberlo, al cabo de unos años, el muchacho cumplió sus 18 y terminó la escuela posando su mirada en la universidad. Cuando finalmente tuvo la aceptación al sitio al que quería asistir, regresó con la grata noticia a sus padres, sin embargo la escena que se encontró le fue para nada grata. En el suelo del negocio hecho un desorden, sus padres yacían pálidos, sin heridas visibles pero sin vida alguna. Por alguna extraña razón Yomiel creyó ver un pequeño hilo azulado dejando sus cuerpos y reuniéndose en lo alto de una estantería donde parecía que una figura invisible se plantaba frente a él. Impotente ante tal situación ignoró lo que sus instintos le decían y solo caminó en silencio hacia el preciado estante del fondo de la tienda. Tomó el reloj dorado que su padre siempre atesoró y sin más salió corriendo lejos de todo mientras la invisible figura observaba al pequeño correr mientras degustaba las dos almas que tuvo la suerte de absorber ese día.
Totalmente recluido en su carrera universitaria, se abocó a sus estudios, pero sin poder obtener buenos resultados dado el terrible trauma que sufrió. Finalmente decidió dejar su carrera y se abocó a ser un investigador privado de mala muerte, intentando en vano atrapar a los "villanos" de la sociedad en compensación por no poder atrapar o detener a "eso" que terminó con la vida de sus padres. Los años pasaban y su aferración por el memento de su padre parecía tener una presencia más fuerte con cada día.
Llegó un día cualquiera, en que estaba en medio de un caso, siguiendo la pista de un sujeto que engañaba a su esposa. Todo era de rutina, seguir al hombre, atraparlo con su amante y tomar la fotografía que lo inculpase. Sin embargo esa noche ocurrió otro evento que cambió su vida para siempre. En el momento de atrapar al sujeto in fraganti, la mujer que tenía a su lado fue aplastada brutalmente por una fuerza invisible, y en medio del pánico el hombre intentó huir, sin lograrlo antes de que su cuerpo quedara frío y pálido. Al ver al viejo en ese estado, recordó a sus padres, con esa imagen mental su reloj emitió un potente brillo y al momento en que su peso se esfumó dejando una flama de color azulado rebalsando del bolsillo de Yomiel.
Exaltado casi pierde el control, pero de alguna manera supo que esa llama no podía quemarlo, cambiando su mirada hacia la escena, la transparentada figura cada vez fue tomando más consistencia, hasta que finalmente su cuerpo espiritual logró hacerse visible ante los ojos del hombre. Era una criatura cubierta de negro, con un agujero en el medio del pecho, y una máscara blanca como la luna que brillaba sobre ambos. Yomiel tomó el fuego en su puño y sin pensarlo se lanzó contra la criatura, que con solo desplegar un alarido alzó su extenso brazo deforme y mandó contra una pared al rubio. Sin embargo con solo entrar en contacto con la piedra de la pared la llama se insertó en la misma y liberando un brillo rojizo en forma de reloj de arena un pedazo se separó y se moldeó en un puño de diamante de gran tamaño el cual partió con fuerza la blanca máscara de la criatura que terminó por esfumarse en pequeñas partículas negras sin dejar rastro.
En esa situación límite Yomiel expulsó todo su poder y quedó completamente exhausto, sin embargo logró descubrir la verdadera capacidad de su fuego azul y con el pasar de unos años más concretó su volumen y cantidad para un uso más apropiado y práctico. Con esa primera experiencia en su mente, Yomiel mantiene su trabajo en Karakura, y dispone de su tiempo para ampliar el uso de sus poderes así como también busca a aquel ser invisible que acabó con la vida de sus padres.
Sexo: Masculino
Poder Especial:
Tokei no Honoo - (時計の炎) - Reloj de Llama
Luego de emitir un leve brillo, el reloj de Yomiel se extingue en un fuego azulado que se mantiene ya sea en la palma de Yomiel, o si el lo deja libre lo ronda como un fuego fatuo. Esta pequeña flama puede cambiar su volumen e intensidad dependiendo la cantidad de Reiatsu que Yomiel utilice. La misma no tiene propiedades quemantes sino que tiene otro uso, la flama puede ser insertada en cualquier cosa inanimada permitiendo a Yomiel ganar completo control de la misma pudiendo moldear su consistencia de la forma que mejor le parezca y dando la capacidad de tener variedades de armas, defensas o crearse un medio de escape. La modificación propiamente dicha consiste en un avance o retroceso en el tiempo de la cosa pudiendo sacar de un pedazo de concreto algo tan duro como el diamante por el hecho de moldear y acelerar sus composición miles de años para luego formar un "arma" a su antojo. El límite que tiene la capacidad para cambiar las cosas y la cantidad que puede modificar, depende exclusivamente del tamaño y alcance de su flama, siendo necesario para un cambio mayor un extenso uso de Reiatsu.
Evolución del Poder Especial: -
Objeto: Un pequeño reloj de bolsillo dorado, sin ningún decorado mayor a la vista mas que unos simples ornamentos en los bordes. Dentro además de tener marcadores para la hora, tiene la peculiaridad de poder marcar tanto los días como los meses. Sumado a esto y para tenerlo siempre cerca, una fina cadena dorada lo une a las ropas de Yomiel de modo tal que no lo pierda nunca.
- Spoiler:
Aspecto: Yomiel es un sujeto de contextura simple, con una altura superior a la media y de esbelta figura. No tiene mayor musculatura más que la necesaria para defenderse. Lo que más llama la atención es su peculiar cabellera, la cual siempre esta peinada hacia arriba y reunida a forma de cono hasta un pequeño doblez en la punta. Posee una tez clara y un rostro liso y con flexibilidad para posar diferentes tipos de expresiones. Sus ojos los cubre siempre un par de anteojos negros que no dejan ver a los demás sus pupilas. Su vestimenta cuenta de un traje de negocios compuestos de un conjunto color rojo para el saco y los pantalones, combinando con una camisa negra, corbata blanca bien anudada y zapatos de vestir blancos acompañando un cinto también blanco.
- Spoiler:
Carácter: Yomiel tiene una personalidad simple y llana. No duda nunca en decir lo que piensa e ir siempre con la cruda y simple verdad de las cosas. Tiene sin embargo un cierto sentido del deber para con las personas que conozca, sintiendo la necesidad de ayudarlas (de la manera que sea en cada situación). Su peculiaridad es la ignorancia que presenta ante una cantidad impresionante de situaciones, no por el hecho de ignorarlas ya que es más inteligente que la mayoría de la gente, sino que mientras no esté en una situación seria su mente divaga y puede olvidar las cosas más sencillas que se puedan presentar de la vida cotidiana. Esta característica de ignorancia logra hacerlo particularmente gracioso por sus extrañas reacciones y poder llevarse tranquilamente con diferentes tipos de personas.
Para los enfrentamientos que se le presenten mantiene una actitud seria y dedica todo su intelecto a terminarla sin mayores conflictos ni casualidades excesivas. Su sentido de justicia está en lo que él ve como correcto y solo es capaz de seguir a otros si ve que sus actos son justos a sus ojos, de lo contrario estará en contra o dará un paso al costado para no involucrarse.
Historia:
Yomiel mantuvo una vida tranquila durante la mayor parte de su vida. Viniendo de una familia perfectamente normal, el muchacho adolescente se preocupaba por lo que cualquiera de su edad tendría que. Su padre era un relojero y siempre interesó a su hijo en la forma en que las cosas cambiaban con el pasar del tiempo. Sus relojes siempre marcaban la hora exacta y cada uno tenía una historia tras él. Sin embargo el que más llamaba la atención del muchacho era uno de color dorado, en un estante lejano al público, ese tenía la peculiaridad de poder marcar los días y los meses. Su padre atesoraba ese reloj en particular y por eso siempre lo mantenía alejado de la gente para que no lo comprasen, el joven rubio tuvo mucho interés en saber el por qué su padre le tenía tanto aprecio a ese reloj. Desafortunadamente nunca tuvo la chance de saberlo, al cabo de unos años, el muchacho cumplió sus 18 y terminó la escuela posando su mirada en la universidad. Cuando finalmente tuvo la aceptación al sitio al que quería asistir, regresó con la grata noticia a sus padres, sin embargo la escena que se encontró le fue para nada grata. En el suelo del negocio hecho un desorden, sus padres yacían pálidos, sin heridas visibles pero sin vida alguna. Por alguna extraña razón Yomiel creyó ver un pequeño hilo azulado dejando sus cuerpos y reuniéndose en lo alto de una estantería donde parecía que una figura invisible se plantaba frente a él. Impotente ante tal situación ignoró lo que sus instintos le decían y solo caminó en silencio hacia el preciado estante del fondo de la tienda. Tomó el reloj dorado que su padre siempre atesoró y sin más salió corriendo lejos de todo mientras la invisible figura observaba al pequeño correr mientras degustaba las dos almas que tuvo la suerte de absorber ese día.
Totalmente recluido en su carrera universitaria, se abocó a sus estudios, pero sin poder obtener buenos resultados dado el terrible trauma que sufrió. Finalmente decidió dejar su carrera y se abocó a ser un investigador privado de mala muerte, intentando en vano atrapar a los "villanos" de la sociedad en compensación por no poder atrapar o detener a "eso" que terminó con la vida de sus padres. Los años pasaban y su aferración por el memento de su padre parecía tener una presencia más fuerte con cada día.
Llegó un día cualquiera, en que estaba en medio de un caso, siguiendo la pista de un sujeto que engañaba a su esposa. Todo era de rutina, seguir al hombre, atraparlo con su amante y tomar la fotografía que lo inculpase. Sin embargo esa noche ocurrió otro evento que cambió su vida para siempre. En el momento de atrapar al sujeto in fraganti, la mujer que tenía a su lado fue aplastada brutalmente por una fuerza invisible, y en medio del pánico el hombre intentó huir, sin lograrlo antes de que su cuerpo quedara frío y pálido. Al ver al viejo en ese estado, recordó a sus padres, con esa imagen mental su reloj emitió un potente brillo y al momento en que su peso se esfumó dejando una flama de color azulado rebalsando del bolsillo de Yomiel.
Exaltado casi pierde el control, pero de alguna manera supo que esa llama no podía quemarlo, cambiando su mirada hacia la escena, la transparentada figura cada vez fue tomando más consistencia, hasta que finalmente su cuerpo espiritual logró hacerse visible ante los ojos del hombre. Era una criatura cubierta de negro, con un agujero en el medio del pecho, y una máscara blanca como la luna que brillaba sobre ambos. Yomiel tomó el fuego en su puño y sin pensarlo se lanzó contra la criatura, que con solo desplegar un alarido alzó su extenso brazo deforme y mandó contra una pared al rubio. Sin embargo con solo entrar en contacto con la piedra de la pared la llama se insertó en la misma y liberando un brillo rojizo en forma de reloj de arena un pedazo se separó y se moldeó en un puño de diamante de gran tamaño el cual partió con fuerza la blanca máscara de la criatura que terminó por esfumarse en pequeñas partículas negras sin dejar rastro.
En esa situación límite Yomiel expulsó todo su poder y quedó completamente exhausto, sin embargo logró descubrir la verdadera capacidad de su fuego azul y con el pasar de unos años más concretó su volumen y cantidad para un uso más apropiado y práctico. Con esa primera experiencia en su mente, Yomiel mantiene su trabajo en Karakura, y dispone de su tiempo para ampliar el uso de sus poderes así como también busca a aquel ser invisible que acabó con la vida de sus padres.
