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Las dos caras del día

3 participantes

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1Las dos caras del día Empty Las dos caras del día Lun Jul 25, 2011 12:32 pm

Alice & Abyss

Alice & Abyss
Fullbringer
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Aquella tarde se estaba volviendo muy ajetreada. El timbre que señalaba el fin de las clases parecía que tardó una eternidad en sonar y librar a los estudiantes de su mal diario, pero al fin, había llegado, y los alumnos salieron del instituto con más energía que la que parecía que tenían durante todo el día.

Las gemelas estaban caminando tranquilamente por las calles, no tenían prisa en llegar a sus casas como el resto de sus compañeros, así que con bolsa encima y vestidos de uniforme recorrían las calles sin destino fijo. Odiaban la rutina, y los últimos días parecían cosidos por el mismo patrón, por lo que cuando iban juntas por la calle pretendían buscar algo nuevo, que las distrajera… pero era todo igual de aburrido. Las personas hacían siempre lo mismo, y los fantasmas oportunistas que se cruzaban en su camino, al no saber si ellas podían verlos o no, pasaban de todo. Abyss caminaba con una sonrisa en el rostro, sin que se le notase nada el cansancio, pero Alice era todo lo contrario con su ceño fruncido y su impaciente caminar.
– Esto es un coñazo… me aburro… me pesa la mochila… tengo hambre… - Se quejaba por lo bajo. La chica era muy honesta y siempre soltaba todo lo que pensaba y sentía, era parte de su encanto dentro de lo que en principio podría parecer una impertinente gruñona. Entonces, agarró a su hermana peliblanca de la mano y la desvió del camino que seguía tranquilamente. - ¡Ahí hay un puesto de ramen! Vamos rápido. – Abyss sin llevarle la contraria, se encogió levemente de hombros y le dedicó una sonrisa a su hermana castaña.

Ya con dos tarrinas de ramen, ambas chicas se acercaron a un pequeño parque que, a pesar de la hora que era, estaba totalmente solitario. Decidieron sentarse en un banco más o menos en el centro del lugar, comiendo tranquilas. De pronto, Abyss dejó los palillos y el bol mientras su ojos lilas miraban un punto a la distancia, dirección en la que los ojos del mismo color de Alice no tardaron en mirar. Aunque fuera durante unos instantes leves, una sombra vestida de negro había desaparecido de entre los árboles. Ambas sabían de lo que se trataba, de aquellos sujetos de trajes negros y katanas que solo podían ver ellas, pero de los cuales no tenían ningún tipo de información. No sabían lo que podrían ser. A Alice poco le importaba, pero Abyss estaba muerta de curiosidad.
– Para la próxima… deberíamos acercarnos a uno de esos. Tal vez consigan responder a nuestras preguntas… ya que ni los fantasmas saben nada, y los monstruos… solo saben atacar y gritar. – Susurró la peliblanca, entrecerrando los ojos. Alice guardó silencio durante unos segundos, por una parte quería comprender lo de los poderes, pero por otra le daba miedo conocer la respuesta. A Abyss solo le importaba conocer la razón del porqué ellas eran superiores al resto de los humanos, le daba igual si fueran razones buenas o malas.

2Las dos caras del día Empty Re: Las dos caras del día Jue Jul 28, 2011 1:01 am

Yomiel

Yomiel
Fullbringer
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Era un día como cualquier otro, el sujeto de traje rojo y peculiar cabellera rubia había estado siguiendo un sospechoso en un caso que llevaba para un cliente. Nada extraño, lo regular, solo uno más de esos asuntos de engaños y deudas entre concubinos. Nada a lo que no estuviera acostumbrado. Sin embargo por su propio cansancio perdió la pista de su objetivo y terminó vagando por un pequeño parque entre las calles aledañas de la zona residencial de Karakura.

En su camino atravesó un pequeño mercado y con las pocas monedas de las que disponía compró un pequeño bote de ramen instantáneo. Para su suerte la gente del mercado le proporcionó de una pequeña taza de agua caliente para prepararlo en donde mejor le pareciera. Allí se encontraba sentado en un banco del pintoresco parque, donde nada parecía pasar. Con la copa abierta en una mano y la taza de agua en la otra, vertió el contenido de la ultima en el producto generando una copa caliente de ramen al instante.


- Sigh....lo que la falta de efectivo me hace pasar... - Suspiraba bajando la mirada, cubierta por sus oscuros lentes negros, elevando la misma cambiando su expresión de resignación por una disimulada sonrisa. - Supongo que por el trabajo que tengo tampoco puedo esperar mucho más...en fin. Itadakimasu. - Finalizó dejando la copa de ramen a su costado sobre la silla con los palillos encima de la humeante taza, a la par que juntaba sus palmas y bajando su cabeza a forma de reverencia agradecía por su "almuerzo".

Sin perder tiempo, comenzó a engullir rápidamente los fideos prefabricados, disfrutando el sabor agridulce que provenía del caldo de cerdo. Su mirada variaba a traves de sus lentes oscuros aunque nadie más que él lo notara. Cambiaba hacia la poca gente que traspasaba el lugar, hasta que sus orbes se posaron sobre un par de peculiares jovencitas. Ambas estaban discutiendo algo de forma muy sigilosa y cambiando su mirada hacia un sitio en particular. Masticando una gran porción de fideos por el costado izquierdo de su boca, la vista de Yomiel partió hacia el lugar donde las jóvenes observaban. Allí descansaban entre las copas de los árboles un par de sujetos vestidos con extrañas ropas negras. Parecían vestidos en un uniforme tradicional y su existencia parecía ajena a cualquiera, salvo para el hombre de traje rojo y las pequeñas que los observaban de reojo.

-"Hmm...Esos no son los tipos de negro que veo saltando entre los edificios cada tanto..." - Pensaba para sí mientras tragaba su último sorbo de caldo y se ponía de pie, para luego llevar su paso hacia un tacho de basura que descansaba no lejos de él.

Hecho esto, cambió su vista hacia el árbol nuevamente. Gracias a sus gafas oscuras los sujetos de negro no podían adivinar el lugar al que se encontraba posada su mirada. Finalmente se dispuso a avanzar hasta quedar frente al árbol, con ambas manos en sus bolsillos y su rostro apuntando hacia arriba observando con más atención a los sujetos cambiando ocasionalmente de dirección su rostro para no levantar sospechas en ellos.

Unos minutos después y sin encontrar respuesta alguna a esos seres, cambió la vista hacia las jóvenes, quedando en medio de su punto de vista del árbol. - Acaso ellas, también pueden ver a estos tipos... - Reflexionaba sin darse cuenta que su rostro apuntaba directo a las muchachas y por más que sus orbes estuviesen cubiertos por sus gafas, su seria expresión hacia ellas era más que suficiente para que notaran a quien observaba el despistado rubio.

3Las dos caras del día Empty Re: Las dos caras del día Jue Jul 28, 2011 1:37 pm

Alice & Abyss

Alice & Abyss
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Ambas chicas siguieron observando a aquellos hombres guardando en sus memorias la descripción física de ellos, lo que portaban... cualquier mínimo de información útil, hasta que les fue suficiente. - Eres una leeenta - Le susurraba Alice de repente al oído de su hermana, ya que ella nada más sentarse en el banco ya había terminado su comida, en cuestión de segundos. La peliblanca soltó un suspiro, y siguió a lo suyo con gesto pensativo, hasta terminar también. Con el rostro serio, se quedó mirando fijamente a su hermana, pensando en nada, y como si se hubieran comunicado telepáticamente volvieron a mirar a los chicos de negro.

En medio de aquel campo visual, un hombre rubio se acercaba sospechosamente hacia aquellos individuos, o así Alice lo veía, y no tardó en acusarlo.
- ¿Por qué va ese tipo a esa dirección? ¿Crees que puede verlos? ¿O tal vez sean monstruos disfrazados y lo están atrayendo hacia ellos? Oye, ¿le pateamos para que espabile? - Como siempre, hablaba mucho y con genio, mientras que una sonrisilla torcida aparecía en sus labios. Abyss, por el contrario, no había pronunciado ni una palabra, pero ante las preguntas atropelladas de su hermana no pudo evitar soltar una pequeña risilla dulce e inocente, para luego cambiar la expresión de su rostro mostrando preocupación. A ella tampoco le gustaba la idea de que se acercara, pero algo hizo que cambiase de opinión. - Dudo que pueda verlos... fíjate. No les mira ni parece que se comunique con ellos de ningún modo. No se están fijando en él, y el hombre no se queda mirándolos fijamente, como nosotras. Puede ser una mera casualidad... - Finalizó, cerrando los ojos antes de levantarse. Colocó la mochila en la espalda y le tendió una mano a su hermana, como quién diciendo que quería irse de allí antes de que se les ocurran más ideas. Deberían esperar a estar solas con alguno de aquellos tipos raros antes de abordarlos a preguntas. Pero, la obstinada Alice se levantó sola, colocándose detrás de Abyss, y volvió a susurrarle al oído. - ¿Entonces por qué está mirando fijamente hacia nosotras? - Esa pregunta descolocó a la peliblanca, pero ella llevaba la razón, por lo que entrecerró los ojos con una mirada desafiante, aunque con la distancia que los separaba eso servía para poco.

La de cabellos castaños no pudo aguantar la tentación y fue corriendo en línea recta hacia aquel hombre, pero en vez de colocarse enfrente, se subió a un banco de por ahí al lado para quedar más alta de lo que era ella.
- ¿Por qué nos miras tanto? Pervertido. Que sepas, que no me gustan los rubios. ¡Jajajaj! -Sus risotadas sonaban fuertes y con carácter, para nada divertidas. Ante el atrevimiento de su hermana, Abyss corrió tras de ella, pero no se subió al banco sino que quedó entre ella y el hombre, llevándose una mano a la cara.
"La odio... un día nos pasará algo malo por culpa de su ímpetu" Pensó, antes de mostrar otra sonrisa completamente dulce... pero realmente, era falsa. - Disculpa a la estúpida de mi hermana^^ a veces habla todo lo que piensa. - Dijo, alzando la cabeza para mirarle fijamente a los ojos, o más bien, a aquellas gafas que ocultaban su mirada. Sin poder evitarlo, miró de reojo a los sujetos de negro.

4Las dos caras del día Empty Re: Las dos caras del día Vie Jul 29, 2011 1:41 am

Yomiel

Yomiel
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La situación en la que cayó resultó un desastre, sin notarlo una de las dos pequeñas saltó de su lugar y quedando a medio camino del rubio comenzó a soltar sus cortantes palabras hasta el punto de llamarlo pervertido. Ante esto su cuerpo se echó hacia atrás, retirando las manos de sus bolsillos y disponiendo ambas palmas abiertas hacia el frente.

- Pervertido?!? Espera confundes la situación jovencita yo no... - Las carcajadas de la joven de cabellos oscuros apagaron su intento de explicación. Solo se quedó allí hasta que la segunda muchacha se les acercó y se disculpó en nombre de ella y de su hermana, mostrando una reacción más que amable para con el rubio de traje rojo.
- Je..No no, el que debe disculparse soy yo, después de todo que un extraño se quede mirando a un par de muchachas debe resultar extraño para cualquiera... - Dijo tomando una de sus manos y rascando su nuca a la par que soltaba una expresión amena de su rostro.

Sin embargo, pudo notar como la mirada de la joven de cabellos blanquecinos se desviaba del hombre de rojo y se posaba por unos instantes sobre el árbol detrás de él, donde aún los hombres vestidos de negro murmuraban entre ellos e ignoraban por completo al peculiar trío que se encontraba ahora solo en la pequeña plaza. Al ver esto, su temple se volvió serio nuevamente, sin girar su rostro cambió la vista entre ambas y luego volvió a dejar ambas manos en sus bolsillos mientras recobraba su correcta postura.


- Entonces ustedes también los ven no es verdad? - Dijo moderando su tono de voz, tratando que solo llegara su mensaje hacia las dos jóvenes que tenía frente a él. - No se quienes serán esos sujetos de negro, pero los e visto acabar con los monstruos de máscara blanca que rondan de vez en cuando por esta ciudad. - Continuó el rubio colocando su diestra contra su mentón sosteniendo su dedo pulgar por el costado de su rostro, como si reflexionara en sus recuerdos sobre como los sujetos de negro acababan con esos monstruos con un solo golpe.

- Uh?...Ahora que lo pienso, tal vez no debería haber dicho todo esto si realmente ustedes no los pueden ver... - Comentó atontado, retirando su mano de su pera y depositándola nuevamente en su bolsillo, manteniendo un temple serio con las pequeñas, mientras una gota de sudor recorría el lado izquierdo de su rostro, mostrando el silencio incómodo que generó, así como también el hecho de haber revelado esa información tan extraña que cualquier persona normal tomaría como un disparate.

5Las dos caras del día Empty Re: Las dos caras del día Vie Jul 29, 2011 4:52 am

Alice & Abyss

Alice & Abyss
Fullbringer
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La reacción del hombre fue lo suficientemente divertida como para que Alice tuviese que llevar ambas manos al vientre, sin para de reír, mientras se sentaba en el banco, casi retorciéndose. Abyss terminó por sonreír ante la gracia de su hermana pero manteniendo esa apariencia delicada y formal, antes de dirigir su atención al hombre trajeado, tras las palabras de disculpa de este, que hicieron que la peliblanca reflexionase sobre ellas a la par que buscaba alguna manera sutil de preguntarle qué hacía exactamente mirándolas de lejos, ya que aunque Alice había soltado "pervertido" sin más, ambas tenían sospechas sobre algo completamente diferente. No hizo falta que le diera muchas vueltas, ya que el hombre habló primero.

Alice dejó de reír de pronto, y saltó hacia el suelo para colocarse al lado de su hermana, mirando ambas al rubio con rostros demasiado serios para dos señoritas de su edad, pero fue algo que por parte de Alice duró tan solo unos segundos, ya que su rostro transformó de pronto esa seriedad en una expresión bastante dulce, algo difícil de creer que pudiera tener algo similar tras su habitual comportamiento burlesco y fuerte.
- Entonces... ¿no somos las únicas? - Preguntó, realmente sin buscar una respuesta, era más bien para reforzar el significado de la pregunta del hombre. Sus mejillas se ruborizaron y llegó a sonreír, mirando a su hermana casi como diciéndole con los ojos "No estamos solas". Pero a Abyss no le hacía tanta gracia, aunque no dejó que se le notase, así que volvió a mostrar una sonrisa antes de hablar. - Nosotras no tenemos mucha información sobre estos "anormales" individuos que aparecen de vez en cuando, aunque creo interpretar que por sus palabras tampoco pueda otorgar mayores conocimientos... a unas mentes tan curiosas como las nuestras, que no saben cómo manejar del todo esta situación. - Había pronunciado aquellas palabras a una velocidad media, marcándolas incluso con pausas, aunque con bastante seguridad y sin abandonar el tono simpático. Alice observó por el rabillo del ojo a su hermana mientras soltaba toda aquella parafernalia, y como si hubiera sufrido una transformación, su rostro volvió a tener sus rasgos pícaros y juguetones. - En resumen, no tenemos ni idea de quiénes son esos tipos que parecen que visten negras faldas largas, y de los monstruos retardados que de vez en cuando atacan a la gente. Ni tampoco de... - Con una mirada discreta de Abyss, la castaña cortó sus palabras antes de hacer mención sobre sus poderes; ya era demasiado el haber contado todo aquello a un desconocido del cual, por mucho que pudiera ver a esos seres, no tenían ninguna información sobre él, y quizás sus intenciones no eran buenas.

Como era de esperarse, Alice no aguantó mucho rato más sin intervenir.
- ¿Y cómo es que puede verlos? ¿Alguna vez habló con ellos, señor pelo plátano?- - ¡Alice! - Cortó de nuevo Abyss, sin poder creerse que ya le hubiera puesto un mote al hombre, y que se lo hubiese soltado sin más. Pero ella se dedicó a sonreír, o quizás a hacer una mueca, restándole importancia al asunto. Salvo a su hermana, Alice siempre les ponía un apodo a todos o les llamaba de forma peculiar. Como a los sujetos de negro, refiriéndose a ellos como anteriormente con "tipos con falda".

6Las dos caras del día Empty Re: Las dos caras del día Sáb Jul 30, 2011 6:38 pm

Yomiel

Yomiel
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Su atontado rostro volvió a uno más serio al recibir las palabras de las jóvenes hermanas, de las cuales de de cabellos blanquecinos explicó la poca información que tenían sobre los sujetos que descansaban en la copa del árbol tras ellos. Mientras la de cabellos castaños comenzó el resumen del discurso de su hermana, mostrando total desconocimiento de los dos seres mencionados en su conversación, así como también de algo más. Sin embargo la pequeña se detuvo en la ultima parte y retrocediendo a un lado de su hermana cambió rotundamente el tema, disparando una nueva pregunta hacia el rubio, al cual ahora llamaba "pelo de plátano".

- Emm...Realmente no e hablado con ellos nunca, y trato de evitar enfrentarme con esos monstruos de rostro blanco. En ocasiones e intentado seguirlos para averiguar más, pero termino por perderlos de vista... - Expresó rascando de nuevo su nuca, intentando no voltear para que los sujetos de negro no notaran que hablaban sobre ellos así como también mantenía su mirada cambiante entre las dos hermanas, reflexionando sobre la primera contestación de la de cabellos oscuros.

- Pero ahora que lo pienso, tu estabas hablando sobre esos sujetos, los monstruos, pero parecía que querías mencionar a alguien más, acaso hay otro tipo de ser extraño que no haya visto? - Preguntó ignorando su propia naturaleza, ya que dado la capacidad de ver esos seres, así como su extraño poder eran ya de por si una rareza que no se podía ignorar.

7Las dos caras del día Empty Re: Las dos caras del día Dom Jul 31, 2011 5:48 pm

Alice & Abyss

Alice & Abyss
Fullbringer
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Al unísono, ambas muchachas soltaron un suspiro y agacharon las cabezas, como si la noticia sobre que el tipo tampoco conocía mucho más las hubiera afectado de sobremanera. Antes de que Alice contestase, Abyss la dirigió una mirada para advertirla de que no dijese nada. Pero un movimiento de ramas acaparó la atención de la peliblanca, que movió su cabeza para mirar a los sujetos de negro, que ya comenzaban a moverse e irse de allí. Mientras, Alice aprovechó para acercarse al hombre rubio. - Quería mencionar lo de los poderes anormales que mi hermana y yo poseemos desde hace poco... ¿usted los tiene, plátano-san? - Le susurró de puntillas, mientras ponía una mano tapando su boca, como si de esa forma hiciese que su hermana no pudiera escucharla. Claramente, esta lo oyó, pero ya era tarde por lo que no dijo nada al respecto.

- Lo que está claro... es que si usted y nosotras podemos verlos... habrá más gente que pueda, y quizás que conozca las razones... - Aunque no le hiciera gracia que así fuera, era lo más probable, y quizás lo agradecería en un futuro tal vez próximo. Abyss comenzó a juguetear con una de sus trenzas, hundiéndose en un mar de preguntas y pensamientos enlazados, mientras Alice miraba al hombre moviendo un dedo de forma circular al lado de la cabeza, como queriendo decir que su hermana estaba loca. - La cuestión es encontrar a esas otras personas que pueden ver a los seres, algo que no creo que sea tan sencillo como acaba de pasarnos aquí ahora... - Alice dio un brinco y se acercó a la peliblanca. - Cuando veamos a los hombres con falda podemos ir por la calle preguntando si alguien más los ve. Es sencillo. - Abyss abrió los ojos, y giró hacia su gemela. - Nos tomarán por dementes y nos encerrarán en cualquier sitio... - - Les pateamos el trasero antes de que nos lleguen a tocar, ¡nyajajaja! - Ante las risas de su hermana, Abyss no pudo evitar sonreir, aunque movió la cabeza en señal de negación, para luego juntar sus manos e inclinarse durante unos segundos frente al hombre, como si de aquella forma se estuviera disculpando por el show que ambas estaban montando frente al desconocido, ahora no tan desconocido.

8Las dos caras del día Empty Re: Las dos caras del día Lun Ago 01, 2011 12:34 am

Yomiel

Yomiel
Fullbringer
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Las dos pequeñas mostraban una relación fraternal que Yomiel nunca había experimentado. Por un lado le parecía de cierta ternura dado que demostraban estar conectadas por algo más que sus lazos de sangre. Pero a su mente llegó el asunto de sus poderes. La pregunta de la morocha lo dejó seco unos momentos, mientras observaba de reojo a los sujetos de negras vestimentas. A los pocos minutos, sus presencias dejaron el lugar, quedando ahora sí el peculiar trío completamente solo en los alrededores del parque.

- Parece que ya se fueron... - Comentó girando su rostro sin pensar, y dando gracias en sus adentros al ver que los sujetos de "batas" negras habían dejado su lugar de descanso y no se los veía por ninguna parte. - Y sobre eso de tener un poder anormal, se puede decir que tengo uno desde hace un tiempo. No fue hace mucho, pero me salvó la vida, así que no creo que sea malo. - Comentó mientras buscaba en su bolsillo derecho unos instantes y del mismo retiraba un reloj de cuerda recubierto de dorado, con varios indicadores de tiempo en su interior.

Estiró el objeto hacia el frente, sosteniéndolo con su palma abierta, acto seguido a esto colocó un dejo de concentración en su rostro fijando su energía espiritual en el reloj. Lentamente el ruido de las agujas avanzando se hacía cada vez mayor, hasta el punto en que las manecillas se oían girar a altas revoluciones, con un segundo de fricción azulada, el reloj se esfumó como polvo azul y renació en la mano de Yomiel como una llamarada azul.


- Esto es el poder anormal que obtuve...Aunque viendo esta cosa no se puede realmente entender su funcionamiento. Mejor vean. - Mostrándoles plena confianza a ambas pequeñas, el rubio aumentó la dimensión de la llamarada hasta dejarla con un radio considerable. - Para poner las cosas simples, esta flama no puede quemar, pero al introducirla en cualquier cosa inanimada puedo acelerar o retrasar su tiempo y moldearlo a mi voluntad. Por ejemplo un fragmento de este suelo. - Expresó bajando la llama con su mano dejando que esta traspasara la tierra y abarcara un aura azulada alrededor del diámetro de tierra.

Con solo una señal de su mano el fragmento de tierra se elevó del suelo y solo con un chasquido, un reloj de arena rojo se hizo presente sobre él girando a altas velocidades a la par que la tierra se degeneraba y regeneraba de forma increíble dejando un resplandor rojizo libre al finalizar su ciclo. El resplandor rojo cegó a los presentes y para cuando las pequeñas pudieran ver de nuevo, el rubio de cabello pronunciado tenía en sus manos una lanza de color rojo carmesí, recubierta con un ligero lustre azulado dándole un acabado bastante apreciable a la vista.
Lanza:

9Las dos caras del día Empty Re: Las dos caras del día Lun Ago 01, 2011 3:41 pm

Charlotte Bryant

Charlotte Bryant
Fullbringer
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Había estado observando la escena, oculta, desde un rincón. Había visto a aquellos sujetos de negro y a otros tres que estaban manteniendo una extraña conversación. Eran dos gemelas y un hombre de extraño tupé. En ocasiones no alcanzaba a escuchar, con claridad, las palabras que pronunciaban, y perdía el hilo. No obstante, los gritos de una de las dos gemelas terminaban por redirigirla y hacer que volviese a comprender el tema del que estaban hablando.
Como temía a aquellos hombres de negro, se había mantenido escondida. De haber dicho que no tenía intención de espiar, hubiese mentido, mas su principal objetivo era salir ilesa. Una vez estos se marcharon, Charlotte decidió mostrarse y salió de en medio de un arbusto. Iba a presentarse ante ellos, pero no sin, antes, colocar bien sus vestimentas, apretarse el collar de oro que ponía claramente "Lotti" (cosa que la horrorizaba, pero era un recuerdo de su hermana) y sacudirse la melena de modo sensual.

-Llámenme entrometida, si quieren; pero he estado escuchando su conversación desde hace bastante tiempo, mientras me ocultaba de aquellos seres oscuros, y considero que he de preguntarles algo...- comentó, observando con especial atención aquella arma de color escarlata que el joven empuñaba y, por lo que antes había visto, había aparecido a partir de un reloj -Usted tiene un poder que es parecido al mío, la similitud reside en que éste mana de un objeto en particular, pero desconozco más detalles- compartió su información con ellos. Pues, tal vez así, comenzasen a confiar algo más en ella y le diesen algún dato que resultase de vital importancia para conocer su verdadero estado. El de todos. Extendió su flauta travesera desde sus manos, cuyo brillo fue en aumento, hasta convertirse en una alabarda, la Long. La sostuvo con una mano y la puso tras de sí -A esto me refería. Y si no erro... Ustedes, jovencitas, también poseen este tipo de poder, ¿no es así?- dio por hecho la respuesta, al haber estado escuchando, previamente -Entonces, ¿es posible que los, ya derrocados, bount, hayan experimentado con ustedes tiempo atrás?- preguntó, conjeturando y dando palos de ciego, basándose en su propia experiencia. Tal vez, si encontraba algo que coincidiese en los tres diferentes poderes, esto la pudiese llevar al conocimiento de la verdad.

Se había puesto a hablar y había olvidado, incluso, el hecho de presentarse
-A propósito, mi nombre es Charlotte, superviviente de los Bryant. tal vez, podamos colaborar, pues parece que tenemos un objetivo común- contestó, con cierto orgullo, pues consideraba un honor el haber pertenecido a esa familia, mientras hubieron vivido -Es un placer conocerles a los tres y, me gustaría, de nuevo, pedirles disculpas por haber escuchado una conversación ajena. Es sólo que me había escondido y coincidió que estaban charlando aquí. De veras, me asusté mucho cuando comenzaron a venir tantos extraños guerreros hacia las cercanías- confesó, con una mano apoyada en el pecho y dejando escapar un pequeño suspiro. Tras ello, observó detenidamente a los presentes. Las gemelas eran unas muy bellas señoritas, de ropajes distinguidos. Muy diferentes entre ellas y de personalidades muy marcadas, para su edad. Agradables, en apariencia. Por su parte, el hombre de traje la impresionó bastante más. Parecía un hombre hecho y derecho... Y muy particular. Le resultaba curioso y simpático el acabado de su pelo. Aparte, parecía que compartía muchas cosas con los desconocidos, en poco tiempo. Tal vez, pudiese con ella compartir, también, bastantes cosas...
Le dedicó alguna que otra sonrisa a los presentes, parándose más en el hombre, clavando sus ojos en los suyos, que estaban cubiertos por unas gafas de sol. Aprovechó la excusa de la Long para contonearse ligeramente hacia atrás, de modo sexy y juguetón.

"Tal vez, él quisiera ser mi nuevo compañero de juegos. Habrá que tantearlo" pensó la chica pelirrosa, dejándose llevar por sus deseos e instintos primarios.

10Las dos caras del día Empty Re: Las dos caras del día Lun Ago 01, 2011 5:22 pm

Alice & Abyss

Alice & Abyss
Fullbringer
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Ninguna de las dos muchachas pudo disimular la curiosidad cuando el hombre volvió a hablar, puesto que ambas se habían quedado mirando fijamente la mano que retiraba un reloj dorado de su bolsillo. Aunque la cosa fue a mayores, las chicas notaban como aquella sensación... como de poder... manaba en el ambiente, más bien hacia el reloj, y este giraba sus manecillas. Y luego, fuego azul. Se agarraron de las manos entre ellas, atentas a aquella demostración, agradeciendo aquella muestra de confianza - más Alice que Abyss - listas para ver el resultado de todo aquello. Aunque no pudieron ver mucho, ya que tras la explicación del hombre una luz les impidió ver como se desarrollaba aquel acontecimiento... hasta que, visualizaron sin problemas la lanza creada. Abyss sonrió de forma dulce, aunque por dentro de moría de envidia, pensando en todo lo que podía hacer con ese poder manipulador del tiempo. Alice, por el contrario, parecía tan encantada que sus ojos brillaban. - ¿Puedes hacerme comida con eso? - Preguntó, casi relamiéndose, aunque era más bien una broma que algo serio.

Justo cuando ellas se miraron, asintiendo a algo que no se había pronunciado, listas para enseñarle al rubio las cualidades de las niñas... una intrusa pelirrosada se metió en la improvisada reunión. Ambas chicas se separaron y se escondieron detrás del rubio, como si fuera un padre, pensando que tal vez lo que había llamado la atención de aquella persona había sido la luz y la lanza... y estaban listas para espantarla, o al menos Alice, ya que era algo que le encantaba. Pero antes de que le diese tiempo a abrir la bocaza, ella lo hizo por los demás. El mero hecho de haber mencionado a los poderes, a los seres con faldas... y demás detalles en sus palabras, hicieron que Abyss sonriera más dulce que nunca... lo que para Alice solo significaba una cosa, que su hermana estaba a muy poco de perder la compostura de niña bien. Había muchas cosas que no entendían, pero que ella podía llegar a conocer... esa tal Charlotte, como acababa de presentarse. A Alice tampoco le había hecho gracia, pero por motivos ajenos a los de la peliblanca. Nada más llegar la chica y haber dicho que los había estado espiando, había sentido la necesidad de reprimir sus ganas de patelarla. No lo hizo, estaba más interesada en la historia de la pelirrosada, y de buscarle un mote.
- ¡Yo me llamo Alice! Y soy la encargada de daros una paliza si hace falta. - Se presentó, haciendo una mueca macabra con la boca. - Abyss... - Contestó la peliblanca, sin perder aquella sonrisa cargada de falsedad. Y antes de que la castaña pudiera acosar a Charlotte con preguntas tal y como lo había hecho con el rubio, Abyss la agarró de un brazo, se miraron durante unos segundos, y miraron de nuevo a los otros dos presentes, unos segundos antes de alejarse unos metros.

Ahí, ambas se pusieron enfrente la una de la otra, agarrándose de las manos y cerrando los ojos con una sonrrisilla... y las dos trenzas de cada una de las hermanas, comenzaron a moverse. La misma presión de antes empezaba a salir de ellas, cobrando vida en aquellos trozos de su cabellera, que no tardaron en desprenderse y rodear a sus dueñas, mientras se transformaban en cuatro largas cadenas acabadas en puñal, que se mantenían sustentas solas en el aire. Rápidamente volvieron a la normalidad, colocándose como las trenzas que eran. Más por parte de Abyss que de Alice, pero no querían enseñar tanto sus dones, al menos por el día de hoy, en el que acababan de descubrir que no eran diosas portadoras de un don único, sino que era compartido. Tampoco hablaron de ello, simplemente, se giraron a la vez hacia la pelirrosada, moviéndose al mismo tiempo, lo cual en dos gemelas era algo común, pero no dejaba de ser algo perturbador.

11Las dos caras del día Empty Re: Las dos caras del día Mar Ago 02, 2011 12:11 am

Yomiel

Yomiel
Fullbringer
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Antes que pudiese recibir la respuesta de las dos pequeñas, una nueva figura se hizo presente entremedio del peculiar trío. Una mujer de gran figura y rosada cabellera, la cual se inmiscuyó en la conversación como cosa de todos los días, afirmando su presencia desde hacía un tiempo y mostrando también que contaba con un poder peculiar en base a un objeto personal que llevaba.

Mientras la muchacha hablaba, surgían información que hasta él mismo desconocía, así como también varios interrogantes tanto para las pequeñas como para el hombre de singular cabello rubio. Con tranquilidad la dama se presentó al trío y mantuvo una sonrisa amable, dirigiendo una actitud provocativa y sexy para con el hombre del grupo. Esto hizo que Yomiel diere medio paso atrás y arqueara en sorpresa su parte superior pero evitando mostrar mayor sorpresa en su rostro aunque esta resultaba evidente a la vista.

Una vez escuchó a las dos hermanas presentarse y hacer uso de sus poderes por unos instantes, recuperó la compostura y dando dos giros a la rojiza lanza que recientemente había forjado aumentó la energía de las partículas azules que rodeaban su borde extinguiendo el arma en la azulada llamarada comprimiendo esta en su puño para reformar su preciado reloj dorado.


- Mi nombre es Yomiel, soy una suerte de detective privado. Realmente no me esperaba encontrarme con esta situación, pero sinceramente no tengo idea de esos Bount que mencionas. Mis poderes surgieron simplemente cuando mi vida se vio amenazada por una de esas bestias de cara blanca. - Comentó con una simple sonrisa en su rostro al presentarse, a la par que guardaba su reloj nuevamente en su bolsillo para luego ponerse serio al mencionar los que él suponía como el origen de sus habilidades.

Hecho esto, volvió su vista a las pequeñas. La más calma hasta ahora mostraba una sonrisa bastante peculiar y fuera de lugar. Algo no le cerraba a Yomiel de ese estado de ánimo, pero el pasado de cada uno es de cada uno, así que no iba a cuestionar el por qué de semejante cambio.


- Y...Charlotte, mencionaste a esos sujetos de negro como guerreros, acaso tu sabes algo más sobre ellos? Y por qué mencionaste a esos..Bount? - Expresó llevando su diestra contra su mentón, dejando salir a lo poco de detective que tenía, lanzando preguntas puntuales a la pelirosa tanteando la vista por toda su figura, volviendo prontamente a sus ojos en espera de respuestas a su improvisado interrogatorio.

12Las dos caras del día Empty Re: Las dos caras del día Dom Ago 07, 2011 6:57 pm

Charlotte Bryant

Charlotte Bryant
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Charlotte se quedó ensimismada observando el poder de las dos jóvenes. Realmente, era algo similar al del tal Yomiel y al suyo propio. Si bien, una flauta y un reloj podían transformarse en una herramienta que diese poder, unas trenzas asimismo podrían ser consideradas tal. Debía de tratarse de una forma de canalizar su poder y convertirlo en algo más ofensivo y tangible. Era un ligero parecido el que la Long tenía con las cadenas de las gemelas. Bastante más se parecía al procedimiento ejecutado por Yomiel. Divertida por la inesperada reacción de este último, la pelirrosa comentó en voz alta -Seamos lo que seamos, nuestros poderes reaccionan del mismo modo y siguen patrones muy parecidos. Resulta interesante, ya que, parece que no los hemos obtenido de la misma experiencia- algo absorta en sus pensamientos, decidió que podría haber algo realmente revelador en cuanto a la obtención del poder de las gemelas -Señoritas, si me permiten la pregunta... ¿Cómo obtuvieron ustedes tan impresionante don? ¿También en un ataque que sufrieron, puede ser?- les instó a comentarlo ya que, en caso de que lo hubiesen mencionado antes, ella no las había escuchado.

Se cruzó de brazos, arqueando la cintura, pensativa
-Así que un detective, ¿no es así? Ya veo. Un hombre de grandes deducciones, supongo- le halagó ella, con una sonrisa pícara en el rostro. Luego, sin perderla, deslizó una mano hasta su mentón y rodó los ojos al caer en la cuenta -Claro, seres de cara blanca y huesuda. Sé de qué está hablando, Yomiel. Parecen enemigos de "los oscuros". Me atrevería a asegurar que la mayor parte de la disputa tiene que ver con sus escaramuzas sin final- asintió con la cabeza, aunque dejando entrever signos de nerviosismo al mencionar a los seres de negras togas. Para calmarse, enredó entre uno de sus tirabuzones uno de sus dedos, jugando con él. Huyendo del estrés que le provocaban aquellos individuos.

"Son todos personas de lo más bizarro e interesante"- pensó Charlotte. Yomiel le llamaba extrañamente la atención. Además de ser un hombre, parecía ser inteligente. Conceptos que, ella, había perdido la fe en que fuesen de la mano. Las gemelas le resultaban interesantes por sus opuestos carácteres. Sabía que ambas proyectaban hostilidad hacia su persona. No obstante, una de ellas lo dejaba ver con transparencia, mientras que la otra se escudaba en una falsa sonrisa bastante evidente, a modo de ver de Charlotte.

Charlotte perdió la sonrisa del todo cuando el rubio le preguntó por dos temas de los que aborrecía hablar. Respiró hondo y comenzó a decir todo lo que sabía, por partes
-"Los oscuros". Son guerreros que combaten a aquellos que hicieron surgir tu poder, Yomiel. No conozco los motivos, pero los he visto empuñando afiladas katanas y haciendo desaparecer a los espíritus. Desconozco también las intenciones de cada bando y me extraña el aspecto humanizado de este colectivo de individuos. Suelo esconderme de ellos porque he visto cómo sus katanas se convertían en armas terroríficas. Diferentes, dependiendo de cada persona. Son destructores- comentó ella, autoabrazándosede forma sutil y algo temblorosa. No le gustaba lo que había visto. Era una destrucción, a sus ojos, irracional. Era caótico, se le iba de las manos. No tenía idea del porqué. Ciertamente, se sentía bastante vulnerable desde el día en que vio aquella "manada de seres oscuros" asediar a una de aquellas bestias huesudas. Había sido una masacre.
Con algo de prisa por continuar, Charlotte, trató de reponerse y respondió con seriedad
-Los bount son el motivo de que yo tenga poderes. Me tuvieron cautiva para experimentar. Bueno... A mi y a mi difunta hermana. Algunos experimentos, como el suyo, no salieron bien. El que hicieron conmigo, fue de los mejores. Dichos experimentos hicieron que nos numerasen. Yo soy la tercera mejor, de mi promoción, a eso viene que tenga este tatuaje- les dijo mientras mostraba el número tres de su brazo izquierdo, aunque no con orgullo, sino con humillación en el rostro. Se estaba dejando llevar por sus sentimientos. Odiaba a los bount, odiaba su existencia actual. Ella sólo quería, de modo egoísta, una vida apacible al lado de su hermana, que en paz descanse -Lo único que saqué, en claro, de las muchas conversaciones que escuché a todos ellos es que trataban de utilizarnos como soldados para doblegar a sus enemigos y apoderarse de la "Sociedad de almas". Al parecer, sus planes se frustraron al salir mal tantos experimentos. Finalmente, quienes fueron derrocados y destruídos fueron los propios bount- concluyó el relato. Tras ello, convirtió la Long, de nuevo, en la flauta que obtuvo de sus progenitores, antes de su muerte -Y, si he de ser sincera, mis padres fueron asesinados hace años por alguno de estos seres. Me parece que fue por uno de los que le atacaron, Yomiel... Es una gran suerte que saliese vivo del pelirgo- comentó, dejando escapar un suspiro y una sonrisa de ternura al verse envuelta en el recuerdo de aquellos días en los que, todavía, podía reir con inocencia y despreocupación.

13Las dos caras del día Empty Re: Las dos caras del día Lun Ago 08, 2011 7:15 pm

Alice & Abyss

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Las chicas se quedaron mirando fijamente cuando el sujeto llamado Yomiel se presentó. Abyss parecía relajarse, y la sonrisa dejó de ser tan extensa para ser un poco más real, como respuesta al hombre, pero Alice parecía levemente molesta... aunque, por la forma en la que sus cejar estaban arqueadas, era más una expresión perfecta para la manera nueva de meterse con el hombre que se le acababa de ocurrir. - ¿Eres un detective privado y no sabes nada interesante sobre esos bichos? ¡Inútil! - Levantó su pierna derecha, acercándola de forma rápida a las del hombre como si fuese a patearle, aunque en realidad le pasó por un centímetro de cerca. Luego, empezó a reírse fuerte y cruzó sus brazos sobre el pecho unos segundos antes de volver a moverse casi de forma hiperactiva, volviendo a subirse al banco, pero esta vez al respaldo... para quedar a la mism a altura del rubio, y poder darle un par de palmaditas en el pelo. - No te precupes, Pelo Plátano-san, veo que tienes buen futuro como mi subordinado... ¡JAJAJA! - Bajó de nuevo de un salto, situándose al lado de su hermana.

Abyss, que se había quedado observando la escena de su hermana, aguantó las ganas de reír todo lo que pudo, hasta que se puso seria ante la pregunta de Charlotte, la cual no hizo falta ni que pensase antes de contestar. Es más, por dentro estaba estallando de alegría por poder decir ciertas dos palabras... - Te equivocas. Nosotras desde siempre hemos podido ver a los seres y notar que no éramos como el resto, que éramos especiales. - Con esas palabras, aquel orgullo y prepotencia ocultos en el fondo del carácter de Abyss salieron a flote entre sus palabras, aunque ocultos totalmente ante los demás, pero para Alice, que ya la conocía de sobra. A simple vista, todo aquello sonaba como unas inocentes palabras de una niña que hablaba de ello como si de un juguete nuevo y exclusivo se tratase, y aquella idea se reforzaba más con la dulce sonrisa del final de la frase, que ya había perdido toda apariencia exagerada. Cuidaba totalmente que nadie descubriera su afán de ser mejor. - Sí... es cierto. - Complementó Alice, totalmente calmada por extraño que resultara. Aunque ambas chicas se habían callado las hipótesis que tenían al respecto, sobre lo que podía haber producido aquello. El accidente de coche que había llevado la vida de sus padres cuando eran tan solo unas bebés. Quizás en ese momento fueron los monstruos lerdos los que lo habían provocado, o quizás ellas sí nacieron especiales y fueron las causantes, o quizás... fue una coincidencia desafortunada.

Escucharon todas y cada una de las palabras de la pelirrosa, sin perder detalle y guardando aquella información como un tesoro. Alice estaba atenta y mirándola fijamente, Abyss mantenía una posición un poco más pasota, pero atenta completamente.
- ¿Sociedad de almas? Eso suena como una asociación de alcohólicos anónimos... - - O peor. Suena como si fueran los encargados de recolectar almas... o algo así. Tal vez, los monstruos son malos y solo quieren matar, y los "Oscuros" como dice Charlotte, o "hombres con falda" como dice Alice, sean los encargados de evitar muertes... es imposible., imposible, saber todo esto. - Finalizó la peliblanca, un poco cansada de tanto misterio. Aunque, en el fondo, sabían que sin misterio podía llegar a ser aburrido. Alice se acercó un poco hacia la pelirrosa, y ya con el mote encontrado hacia ella, comenzó con las bromas típicas. - Payasa-san, tú también serás mi subordinada.

14Las dos caras del día Empty Re: Las dos caras del día Mar Ago 09, 2011 1:27 am

Yomiel

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El rubio se mantuvo atento a la explicación que tenía para prestar la pelirrosa. Al parecer venía de un pasado bastante duro y la razón de sus poderes provenía de una diferente a la de ellos. Así también gracias a su charla pudo obtener un par de detalles más sobre esos bount, y también sobre las otras dos facciones. Así se sumó en sus pensamientos, intentando conectar uno que otro cabo sobre la información que se descargaba en su cabeza ignorando así como la pequeña de cabellos castaños palmaba el cabello puntiagudo de Yomiel y este simplemente rebotaba como si fuera un resorte de lo firme que su peinado se mantenía.

Luego de varios minutos en silencio y recibiendo los datos que las gemelas presentaron, lo llamó la atención la división del bien y el mal que la muchacha de cabellos blanquecinos presentó.
- Calma Abyss-chan. Pensar demasiado las cosas no es bueno. Lo único que puedo deducir es que nosotros tenemos estos poderes ya sea por una u otra de las facciones. - Explicó, volviendo a dejar sus manos en ambos bolsillos de su pantalón rojo furioso. - Yo tengo mis motivos para continuar usando estos poderes. Mis padres fueron asesinados por alguna de esas facciones invisibles para los humanos comunes. Nunca supe cual de ambas era, si esos "oscuros" o las enormes bestias enmascaradas. Pero se esto... - Expresó poniendo más gravedad a su tono de voz, a la par que daba varios pasos alejándose de las tres damas que lo acompañaban.

- Tal vez no sea mala idea mantenernos en contacto y estar juntos para ayudarnos, tanto para averiguar más sobre esos seres así como también obtener lo que queremos con estos poderes. - Dijo retirando nuevamente el dorado reloj de su bolsillo, observando fijamente el mismo, para luego levantar su rostro y cambiar su resguardada vista entre las dos pequeñas y la voluptuosa pelirrosa, postrando una sonrisa amistosa hacia las tres.

15Las dos caras del día Empty Re: Las dos caras del día Miér Ago 24, 2011 9:19 pm

Charlotte Bryant

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La pelirrosa regresó, de golpe, a la conversación. A tiempo para escuchar todo tipo de extrañas cavilaciones, por parte de cada uno de los tres individuos que la acompañaban en esos momentos. De esas reflexiones, sacó varias ideas y comenzó a tratar de unirlas hasta que cobrasen sentido. Sin embargo, no era capaz de más que de conjeturar y de tener opinión. Precisamente, esas opiniones la llevaban a más supuestos y a no sacar nada en claro.

Tras mucho pensar, asintió a la respuesta de Abyss. Aunque, dudaba que "especial" fuese el término que definía a aquellos con una sensibilidad espiritual fuera de lo común. De hecho, Charlotte no creía ser demasiado distinta del resto de los humanos, con la crucial diferencia de que el arma que podía utilizar para combatir a sus enemigos, formaba parte de ella misma y no cabía lugar a la elección en ese suceso.

En cuanto a dudas... Realmente, dudaba que aquella avispada muchacha, Abyss; errase con aquella división que había diferenciado. No le parecía descabellado. Sin embargo, como temía a ambas facciones, decidió no dar nada por sentado y hacer caso al consejo de Yomiel. Por más que pensasen todos las cosas, no llegarían a ninguna parte. ¿Lo mejor? Investigar y actuar por su cuenta. En equipo, pero por el propio beneficio
-Colaborar me parece que es lo más inteligente que podemos hacer ahora mismo. Trabajemos en equipo... Será más útil si buscamos respuestas en común. El problema es que desconozco, por completo, por donde deberíamos comenzar a investigar- apoyó una mano en su mentón, pensativa, para luego contonearse hasta llegar al lugar adonde el rubio se había trasladado y guiñarle un ojo, de modo juguetón. Lo que le gustaría investigar a ella sobre aquel hombre se alejaba bastante del tema en cuestión.

Se giró, luego, descaradamente; hacia donde ambas gemelas
-He de reconocer que la visión de Abyss me convence bastante. Desde luego, el aspecto espeluznante lo presentan los enmascarados- reconoció, pues, tras un rato dándole vueltas al asunto, sin poder sacárselo de la cabeza. Luego se acercó a Alice, divertida por su comentario de antes, y le siguió el juego -Vaya, ¿en serio? ¿Y qué significa exactamente ser un sirviente vuestro, Miss Alice?- preguntó, curiosa acerca de la condición en que la ponía aquello de haberse convertido en "Payasa-san".



Off:
Spoiler:

16Las dos caras del día Empty Re: Las dos caras del día Jue Ago 25, 2011 10:35 am

Alice & Abyss

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Abyss fijó su mirada fijamente hacia Yomiel, y dejó escapar un suspiro, tranquilizándose con ello. En el fondo debía darle la razón, ponerse a pensar mil cosas ahora no serviría de nada si no se ponían a conseguir más información. Tras las palabras del rubio, Alice decidió que era divertido devolverle la sonrisa al hombre, transformándola en una mueca con la lengua casi fuera y llevando un dedo índice a una de sus mejillas, tirando ligeramente de esta hacia abajo para hacer del ojo de ese mismo lado más grande. - Baaaka. - Luego, se giró hacia Charlotte. - Secuestremos a uno de esos hombres con falda. O mejor, lo amenazamos hasta que nos cuente todo lo que sepan. Uno contra cuatro no podrá vencer. - Aquella "idea" de la chica castaña había sido tan espontánea que era difícil saber si lo había dicho en serio, o bromeando.

Sin contestar a su hermana, la gemela peliblanca había estado más atenta a las palabras de Charlotte, a la cual le dirigió un pequeño gesto con la cabeza, a modo de asentimiento por lo que había dicho, y otro suspiró salió de sus labios, pensando que al final, tenía que acabar contando aquello que antes se había guardado. - Juzgué a los enmascarados como los malos, por experiencia personal. Nosotras... sospechamos, que al poco de nacer, esos seres nos pusieron en riesgo de muerte. Quizás nos atacaron, no lo sé. Nuestros padres también murieron, nunca los llegamos a conocer. - Sus palabras al referirse a aquello no habían sonado para nada igual a las de Yomiel. Abyss no echaba de menos unos padres, no podía echar en falta algo que no había conocido. - Alice y yo no crecimos juntas. Fuimos adoptadas por tutores distintos, pero hace un par de años nos juntamos. Creo que se notan nuestras diferencias por ello... El caso es, que desde siempre hemos podido ver a esos seres. Nuestros poderes, son... especiales, por lo que parece. Si me guío por las demostraciones de los vuestros. -

En ese momento, Alice se unió a su hermana de nuevo, y retomó las palabras de ella. - Descubrimos nuestros poderes cuando nos conocimos nosotras. Un bicho lerdo con máscara nos atacó, y justo en ese momento nuestras trenzas reaccionaron a la vez, giraron entre ellas, y... bueno, el resto ya os lo enseñamos. Por eso, estamos casi seguras de que los malos son ellos, los travestidos nunca nos hicieron nada. - Era una de las pocas veces en las que Alice hablaba totalmente en serio y sin bromas, parecía casi extraño en ella. No tan extraño como lo que estaba a punto de pasar. Cuando la pelirrosa le contestó sobre ser su subordinada, lo que parecía que iba a ser una nueva broma de la castaña, con su típico aire juerguista y pícaro, se transformó en algo mucho más profundo. - Ser mi sirviente, significa... que... - Abyss, conociéndola completamente, sabía lo que iba a pasar, por lo que se colocó detrás de ella casi como abrazándola, mientras le susurraba que no se pusiera de "aquella manera". Pero era inútil. -Que... haréis lo que yo quiera. No nos dejaréis solas y seréis nuestros amigos... - Y el rostro burlón de la chica se ruborizó, mostrando en sus ojos un pequeño lagrimeo. La peliblanca se llevó una mano al rostro, negando con la cabeza. A veces odiaba que su hermana fuera tan cálida y honesta con sus sentimientos.

17Las dos caras del día Empty Re: Las dos caras del día Miér Sep 14, 2011 1:25 am

Yomiel

Yomiel
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La tensión que recorrió su cuerpo por un instante luego de proponer semejante idea, quedó disipada al ver como el trío de damas que lo acompañaban mostraba un real interés en mantener cierto tipo de cooperación. La oculta mirada de Yomiel pasaba por las tres muchachas observando cómo interactuaban de forma alegre y como si se conociesen de toda la vida. El rubio de cabello puntiagudo sonrió para sus adentros, reflexionando las palabras de la joven de albinos cabellos. Tal cual una experiencia similar a la suya, los enmascarados tomaron el lado violento, intentando acabar con la vida de las pequeñas, la cual fue salvada al utilizar sus poderes. En un destello, vino a su mente el momento en que sus habilidades se mostraron. Giró su cabeza hacia abajo, observando su dorado reloj, sosteniendo el mismo con fuerza en su palma, para luego guardarlo nuevamente en su bolsillo, elevando su rostro hacia sus compañeras.

- Entonces tenemos un acuerdo. Aunque veo algo apresurado el ir a por uno de esos sujetos de negro, debo decir que parecen ser más sencillos de tratar que las bestias enmascaradas... - Mencionó con una leve sonrisa al ver la conformidad de las damas, llevando luego su diestra a su mentón, comenzando una seria reflexión sobre la idea propuesta por la ahora ruborizada pelinegra. Su mente divagó por unos momentos, dejando que su cuerpo girara en busca de alguna señal de esos sujetos con "faldas" que hacía poco estaban en las copas de los árboles.

En su reflexión pudo notar a sus alrededores, varias presencias que no parecían de índole humana, en grandes cantidades, comenzaban a aparecer y difundir su existencia por la ciudad. No tenía idea que eran, pero un leve escalofrío recorrió su espalda al captar semejante cantidad apareciéndose en un solo sitio.
-...Oigan, se que esto suena apresurado, pero parece que "ellos" ya se están moviendo por la ciudad. - Expresó resaltando para las damas el hecho de las presencias que surgían en los alrededores. - Quizás sea buena idea movernos hacia el sitio del cual provienen estas energías. Tal vez podamos obtener más datos sobre contra qué nos enfrentamos... - Finalizó dejando su planteo en suspenso, esperando que sus acompañantes dieran su opinión. El escalofrío que sintió el rubio no dejaba de reaparecer en su cabeza, la situación que les esperaba le daba mala espina, pero debía estar de acuerdo con sus compañeras para llegar a una decisión, de ellas querer ir hacia ese sitio el no presentaría objeción alguna y asistiría en dar todo el apoyo que pudiera dar.


[OFF: Miles de Millones de disculpas por la enorme tardanza >w<
No tengo excusa, simplemente no me pasé por el foro pensando que Alice no había posteado aún ya que no me llegaban al mail el aviso que habían respondido al tema, si aún siguen interesadas en el post, continuemos que ahora estaré más atento, y lo siento nuevamente de verdad D:]

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