Esperando algo que hacer

Las calles del Seretei estaban relajadas, había poca actividad últimamente en la Sociedad de Almas y eso aburría a todos los Shinigamis, especialmente a Black; quién le encantaban las misiones de asalto. No hacía mucho que había sido graduado en el 2º Escuadrón de Protección, no eran muchas las misiones que había realizado pero él había mejorado mucho sus habilidades; además había conseguido obtener su Shikai, una fita que no era nada fácil, pues ahi Shinigamis que pasan años y no consiguen controlarlo. Pero eso a Black le importaba muy poco, quizás era un poco egoista, pero solo se preocupaba por su bien estar físico y psíquico; si que es cierto que solía ayudar a los demás, pero muchas veces hecho más por obligación que no por ganas; aún así siempre daba lo mejor de si.

Black se encontraba paseando tranquilo por el Sertei cubierto con una enorme capa negra que le cubría todo el cuerpo, era imposible reconocerlo si no fuera por su Zanpakutoh que llevaba colgando en la espalda, tan especial y única; tan genial para Black. Además era el único que iba con esos atuendos así que todo el mundo sabía de quién se trataba pero eso no le importaba a Black; tenía sus motivos para vestir con esa enorme capa negra, además que siempre se aislaba de todo el mundo y no tenía amigos, o almenos algo que él denominara amigos; si que tenía un montón de compañeros, pero simplemente se quedaban en eso, compañeros.

El día era soleado, y el calo empezaba a ser sofocante; pero Black no presentaría ningún simptoma de flaqueza; aunque sus movimientos eran sigilosos, no solía usar los tejados, pues sus principios de ninja le hacían siempre moverse entre las sombras; aunque cada vez se dejaba ver más por la mera costumbre de pasar siempre por allí. Eso no quería decir que no estuviera atento a todo lo que le rodeaba, espectante...

Una mariposa infernal pasó por delante de aquel shinigami con capa, volaba sin rumbo fijo alterando de forma constante su altitud. Iba hacia arriba, luego descendía para sostener la altura y volver a ascender. La mariposa se posó en el hombro del chico tras dar algunas vueltas en torno a su persona, pero dejó ningún mensaje. Era tan solo una señal de que algo lo buscaba. Dos segundos después, levantó vuelo y continuó su camino hacia ningún lugar y, al mismo tiempo, hacia uno en particular.

Simultáneamente a este hecho, detrás de Black apareció un hombre de cabello rubio y sonrisa macabra. No había permitido que el joven se diera cuenta de su presencia y veía siguiéndolo ya hacía un par de minutos. Simplemente lo observaba. Tenía algo que decirle, pero no sabía cómo puesto que ni él había terminado de comprender la idea de lo que le habían dicho. Esa mariposa estaba dirigida al hombre, aunque el mismo se la reenvió al muchacho pero sin ningún mensaje. Solo estaba jugando con él. Finalmente se aburrió, dio un shunpo y tomó a Black por la capa al tiempo que lo alzaba. El joven quedó elevado en el aire, incapaz de desplazarse.

Pero miren a quien tenemos aquí. Es Blacky. El muchacho de la capa, el shinigami que siempre va escondido tras esa cosa negra tan desagradable. jijijijijijiji - Dejó escapar una sonrisa burlona, antes de volver a hablarle. Se trataba del capitán de la segunda división, Rentaro Shisho. Tengo algo que decirte, Blacky. - Lo soltó y lo dejó caer al suelo. - El anciano quiere que vayas a Karakura para matar a unos cuantos Hollows. Tenés que proteger un...emmm...¿Cómo se llamaba...? Soul...No sé, Soul Heart o algo parecido era el nombre. Es algo que está en un humano. Tu misión es ir y ayudar a los distintos shinigamis enviados. ¿Alguna duda? -

Su rostro se puso serio y se quedó observando al muchacho en el suelo, esperando la respuesta.

Black Star estaba tranquilo en uno de los tejados del Seretei cuando de repente algo le sorprendió, una diminuta sombra de color azabache, intranquilo se giró pero cuál fué su sorpresa cuando vió una de esas mariposas características de los Shinigamis, conocidas como Mariposas Infernales, la función de las cuáles era la de enviar mensajes entre Shinigamis sin ser prácticamente interceptados por nadie, pues estás solo entregaban el mensaje a aquellas personas a las que estaba destinada la mariposa.

Pero la mariposa se posó en el hombro del Shinigami del pelo azul, cubierto por una capa negra, pero esta no dejó ningún mensaje; algo que extrañó a Black, pues no era normal ese comportamiento en ellas; de hecho no lo había visto nunca; cuando de repente algo le cogió por la espalda y lo levantó del suelo; Black no sabía de que se podía tratar cuando escuchó la voz de su Capitán; como siempre riéndose de sus subordinados, algo que al principio incomodaba a Black, pero empezaba a acostumbrarse.

Al parecer tenía una misión para el joven Shinigami de pelo azul, aunque ni él sabía muy bien de que se trata...

Capitán Rentaro... - dijo el joven una vez volvió a poner los pies en el suelo, con una voz algo desanimada; como si estuviera a estar tan acostumbrado de esas estupideces que le empezaran a cansar. - Antes de dar misiones no estaría mal que supiera de que tratan no cree? Bueno eso es lo de menos; nos vemos en la vuelta con el informe de susodicha. - La voz del joven parecía tranquile e inmutable, y tras esas breves palabras realizó un veloz shunpo desapareciendo del lugar para dirigirse al Dangai, la puerta que unía el mundo humano con la Sociedad de Almas. Pues le necesitaban en el Mundo Humano y daría lo mejor de sí para acabar con esos Hollows y traer con sigo a la Soul Heart...